
Si estás escribiendo tu tesis doctoral... ¡Felicidades!
Jamás he conocido a nadie que no se quejara de que el tiempo se le echaba encima mientras escribía su tesis. Lo que en un principio parecía un mar de tiempo se ha convertido en un suspiro. ¿La culpa? Cierto relax al principio (en algunos casos) pero, sobre todo, la duración y el esfuerzo que suponen los pasos de plantear tu hipótesis, llegar a la síntesis y exponer de forma adecuada las conclusiones. Afortunado además el que no tiene que compaginarlo con una jornada laboral de ocho horas o trabajos interminables de fin de semana.
Los conocimientos en la materia elegida son imprescindibles, por supuesto. Pero hay otros tres aspectos fundamentales a los que no siempre se les presta la debida atención y que, de hecho, pueden marcar la diferencia en la nota final del expediente:
- redacción adecuada
- coherencia estructural
- ortografía perfecta
Llegados a este punto, debemos plantearnos qué proyecto pretendemos presentar, ver por dónde flaquea y analizar qué es lo que podemos modificar para estar orgulloso de ese ejemplar cuya vida no acaba con su presentación, sino que se convertirá en un texto de consulta y de utilidad para futuras promociones. Suena bien, ¿verdad?
Antes de corregir una tesis debemos:
- Tener clara la estructura del texto. Escribir, documentarse, escribir, documentarse... hasta el infinito y más allá.
- Analizar el contenido.
- Dejar el texto en "reposo" durante unos días (u horas, si el tiempo apremia) antes de iniciar la corrección.
La mayoría de los traductores y correctores de texto dejamos "reposar" el documento tras una primera corrección o traducción: este alejamiento de la obra nos permite disociar elementos que habíamos pasado por alto. Es uno de los pasos más importantes de todo escrito que deba ser leído o publicado y que no deberíamos saltarnos nunca.
A continuación, estudiaremos de la forma más objetiva posible las fortalezas y sobre todo las debilidades del trabajo. Es importante también, que, desde el principio seamos conscientes de la facilidad (o no) que tengamos para hablar en público. Y practicar, practicar y practicar. Existen cinco puntos fundamentales, que son:
1. Analizar nuestras capacidades reales, esfuerzo o asesoramiento
La redacción de la tesis inluye la investigación realizada, su proceso y los resultados obtenidos a través de la tríada de Hegel: hipótesis, antítesis y síntesis. Algunos estudiantes cuentan con una buena capacidad de escritura y unos conocimientos suficientes para estructurar el discurso de forma adecuada y entregar un trabajo pulido y coherente, sin errores de ortografía ni gramática. Si ese no es nuestro caso, no estaría mal ser sensatos y buscar asesoramiento lingüístico de calidad.
2. Seguir unas pautas de corrección sistemáticas
Una sola lectura nunca es suficiente. Insistimos: en el momento de corregir tu tesis, debes distanciarte de ella. Dedicar tantos días de trabajo a un proyecto supone asumir lo que debería decir un apartado. El problema surge cuando lo que dice no es exactamente lo que tenemos en nuestra cabeza. Es muy habitual tener muy claro un concepto mental, pero después tener problemas para plasmarlo en un papel con la coherencia, estilo y claridad que se desearía. Por ello, si no tomas distancia, el trabajo de corrección será inútil, ya que no verás dónde están los errores. Esta es, posiblemente, la principal razón para delegar el trabajo de corrección en manos de un profesional, ya que nuestros amigos, conocidos, allegados y demás pueden no querer o no tener los conocimientos necesarios para realizar una lectura profesional. A estas alturas suponemos que ya tienes claro que la última persona a la que deberías pedir una corrección es a un compañero de estudios por razones obvias ;)
3. Organización del tiempo
Factor fundamental que tenemos que controlar. Tenemos dos posiblidadaes:
- Primero, escribe la tesis y luego dedícate a corregirla. Reserva varios días para esta tarea. Nunca lo hagas de forma apresurada, porque es un momento clave que puede desmerecer lo que hayamos conseguido hasta ahora.
- Realiza de forma sistemática una revisión tras cada sesión de escritura. Personalmente, me parece la mejor opción. Tienes razón, es un incordio, pero todos los errores que veas durante la redacción te ahorrarán días de trabajo cuando estés llegando al final del camino.
Es importante que elijas la opción que te haga sentir más cómodo, y la apliques de forma sistemática y ordenada, siempre dejando pasar al menos un día (o varias horas si estás muy "pillado) entre revisión y revisión.
4. ¿Dónde corregir la tesis?
Si se te ha pasado por la cabeza la cafetería cuqui de la esquina, no (a no ser que tengas una capacidad de concentración fuera de lo común). Necesitas un sitio silencioso, tranquilo donde puedas leer en voz alta, consultar dudas de carácter ortotipográfico y/o gramatical sin distracciones. Ya lo sé. Suena fatal, pero piensa que solo serán unos días de tu vida y merecerá la pena. Ya lo celebrarás luego.
5. Grábate exponiendo la tesis
Escúchate (o mírate) luego con los ojos/oídos de un examinador. Verás cómo cambia la percepción de tu discurso. Te ayudará a mejorar tus debilidades y sobre todo, te dará seguridad. Y si al final resulta que enamoras a la cámara... ve directo a una escuela de interpretación; tu futuro puede estar en otra parte ;)
6. Valora la opción de un corrector profesional
Por muy bien que uno escriba, la revisión de un proyecto realizada por un profesional aporta valor a cualquier texto y supone un extra del que es importante saber beneficiarse. Ten en cuenta que un corrector profesional siempre conservará tu estilo personal y consultará todos los cambios y sugerencias contigo. Serás siempre el que tome la última decisión. El texto nunca dejará de ser "tuyo".
Eso sí, la experiencia me ha dejado dos cosas claras:
- No contrates al más barato, sinceramente. Contrata a un profesional cuya lengua materna sea aquella en la que vas a entregar la tesis. Con el paso del tiempo he comprobado que de bueno, bonito y barato puedes conseguir dos simultáneamente, tres es imposible. No obstante, consulta precios. Ya verás que no es para tanto.
- No le pases la patata caliente al corrector. La investigación y la escritura es tu labor; el corrector debe corregir y pulir el texto en cualquier ámbito lingüístico. Dale el trabajo cuando realmente esté finalizado. No añadas ni quites contenido, porque solo conseguirás dificultar su labor, alargar el tiempo y encarecer el trabajo.
Espero que estas pequeñas claves te sean de utilidad. Ya sabes que puedes contribuir con tu opinión, preguntar lo que quieras y si te ha gustado, compartir.
¡Hasta la próxima entrada!