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10 consejos para presentarte a certámenes literarios

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No desvelamos ningún secreto al afirmar que, tal y como están las cosas, ganar o resultar finalista en un certamen literario es más difícil que nunca. Las editoriales no siempre juegan limpio porque priman intereses, no solo económicos, que han convertido muchos concursos en auténticas campañas de marketing.

  1. Conoce tu género literario y céntrate en él. Es habitual que, tentados por los premios más jugosos, nos adentremos en arenas movedizas, es decir, en géneros que no dominamos. Si destacas en novela negra, ¿para qué lanzarte a un certamen de poesía? A pesar de que existen «todoterrenos» en literatura, suele tratarse de escritores consagrados con muchos renglones y experiencia detrás y, por qué no decirlo, cierta manga ancha por parte de sus editoriales, a las que generalmente han hecho ganar un buen dinero. Así que, en este punto, el mejor consejo que podemos darte es que seas consciente de tus fortalezas y flaquezas (un informe literario suele abrir bastante los ojos) y trabajes sobre ellas.

  2. Dales un comienzo potente. Ten en cuenta que por las manos (y ojos) de cada miembro del jurado deberán pasar más de 100 obras y no dispone de tiempo material para leerlas a no ser que esas primeras páginas susciten realmente su interés. Si le gustan las dos primeras, se animará a leer tres o cuatro más; si la historia y la forma en la que está escrita le engancha, pasarás a la siguiente fase; de lo contrario… a la papelera. Mima tu obra entera, por supuesto, pero especialmente las primeras ocho, diez páginas. 

  3. Elige los certámenes que te interesen y se correspondan con tu género. Elabora una lista corta y averigua quién los ha ganado en los últimos años y con qué obra. Te dará una idea de por dónde van los gustos del jurado y del tipo de escritor que buscan. En algunos casos los jurados juegan al despiste y les gusta sorprender con sus decisiones, pero en la mayoría apuestan por perfiles bastante definidos.

  4. Distingue entre concursos grandes y medianos/pequeños. Los grandes certámenes (Planeta, Primavera, Alfaguara…) tienen un funcionamiento bastante intrincado en función de lo que deseen conseguir: a veces, necesitarás de un agente literario con «mano»en la casa que te introduzca; otras, se concede el premio a un autor que ya pertenece a esa editorial pero que necesita un empujón para convertirse en best-seller. En un tercer caso, se busca consagrar a un líder de opinión que puede venir de sectores como la literatura, el periodismo, la política o ser, simplemente, una celebridad. En estos concursos lo tienes bastante crudo, para qué engañarnos. Nuestro consejo es que centres tus esfuerzos en concursos organizados por ayuntamientos, comunidades, organizaciones culturales u otros organismos, que apuestan por la calidad de las obras, no solamente por un nombre. Ahí es donde realmente tendrás más posibilidades de éxito para darte a conocer.

     

  5. Lee con atención las bases de los certámenes que hayas seleccionado y cúmplelas. Sabemos que son un suplicio en la mayoría de los casos por largas y aburridas, pero este es un paso esencial. ¿Qué tipo de textos se admiten?, ¿publicados o inéditos?, ¿extensión máxima?, ¿con pseudónimo?, ¿tipo de letra e interlineado?, ¿plica? Pensar que tu obra es maravillosa y no se darán cuenta de que incumple alguna de las bases es, cuanto menos, inocente. Los jurados (o los becarios de turno) tienen mucho que leer y están deseando encontrar algún error para descartar una obra y pasar a la siguiente. ¿Duro? Sí, pero pongámonos en su lugar.

  6.  No te precipites y envíes una obra solo por entrar en las fechas de un certamen. Recuerda que antes debería pasar por una corrección ortotipográfica y de estilo, y varios lectores honestos, con criterio literario y que no solo te regalen palabras bonitas sino que estén dispuestos a decirte la verdad. Eso que llamamos crítica constructiva.

  7. No envíes una obra a un certamen si no ha pasado por una corrección ortotipográfica y de estilo. Cuando no corriges una obra infravaloras el tiempo y los conocimientos del lector y a nadie le gusta trabajar en balde. Una historia puede ser maravillosa, pero si está plagada de errores de fondo y/o de forma… next one, please.

  8. Fórmate e infórmate. Talleres literarios, asociaciones de escritores, blogs de lengua y literatura, obras de crítica literaria, RAE, Fundéu… Infinidad de recursos a un solo clic de los que puedes sacar partido para mejorar y estar al día de los ambientes literarios.

  9. Cuida tus redes sociales. De nada sirve que escribas como lo ángeles si no muestras al mundo pinceladas de tu talento a través de las redes. Fíjate en la ortografía y gramática de lo que publicas y mantén informado al lector de tus avances literarios. ¿El límite? No se trata de retransmitir cada paso de tu vida, pero debes sentirte cómodo y no exponer más de lo quequieres que se sepa. Recuerda, las redes sociales son tus aliadas, jamás deben convertirse en tus enemigas.
  10. No te desanimes si no ganas. Parece obvio, pero cuando depositamos nuestras esperanzas en algo que no llega a buen puerto (o sea, el dinerín y el reconocimiento del sector hacia nuestro talento) podemos frustrarnos si no obtenemos siquiera una respuesta.

Como la vida misma, la literatura es una carrera de fondo. Triunfar implica trabajo, mucho trabajo y un buen puñado de contactos. No ganar no te convierte en un mal escritor. Es más, todos recordamos autores «malditos» que jamás vieron reconocido su talento o ni siquiera publicaron en vida. Sigue adelante, escribe, borra y reescribe todas las veces que haga falta. Tus ambiciones no deben ser nunca cuestión de debate.

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