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El tono comunicativo o la capacidad de adaptarlo según nuestro objetivo

 

 agencia comunicacion

Seguramente ya te habrás dado cuenta de que la forma de escribir no es la misma en Twitter que en Facebook. LinkedIn es totalmente diferente y en el caso de que escribas un blog, verás que cada uno tiene un estilo propio e inconfundible. ¿Y qué me dices de Instagram? En esta app la imagen es lo primordial, y es el texto el que se adapta a ella.

Ese modo de adecuar nuestra forma de expresarnos a cada red social o al público que deseemos atraer es el tono comunicativo.

Y ese tono comunicativo es tan importante como el tema que eliges o la estructura del artículo. Ni más, ni menos.

Para crear contenidos para un blog, necesitaremos delimitar los contenidos que deseamos compartir, quiénes somos y con quién hablamos. Para ello, debemos tener claro quién es nuestro cliente y sus características para poder dirigirlos a él. A este concepto lo llamamos buyer persona.

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De este modo, un porcentaje de nuestros potenciales clientes se acercará a nuestra marca a través de nuestro blog si seguimos una estrategia de marketing de contenidos periódica. Es cierto, a veces cuesta mucho mantener dicha periodicidad cuando lo tienes que combinar con encargos profesionales. ¡Dínoslo a nosotros!

Qué clase de contenidos vamos a compartir: ¿qué busca nuestro perfil de usuario?, ¿tips para escribir mejor?, ¿tutoriales?, ¿novedades dentro de un sector?...

Qué perfil adoptaremos: ¿muy profesional?, ¿sólo para expertos?, ¿algo más cercano, para atraer fundamentalmente a los profanos en la materia? 

Quién es nuestro destinatario: fundamental. Por dos razones: la primera, porque sabiendo a quién tenemos delante, podremos elegir los contenidos que queremos mostrarle. La segunda, porque es en este punto donde debemos escoger el tono comunicativo. Por ejemplo, si pretendes acercar tu labor a un tipo de cliente potencial que aún no sabe que necesita de tus servicios, o que todavía no está seguro de las ventajas que le puedas ofrecer. 

La personalidad de tu empresa. No debes fingir quien no eres. Una imagen de profesionalidad no está reñida con el tono especial y diferente que tiene cada marca personal. Así que una cosa es fijarte en lo que te gusta de la competencia, y otra copiarles descaradamente (estamos hablando del tono comunicativo). Convierte tu propio estilo en un valor añadido.

Resumiendo: solo tienes una voz (la tuya), pero puedes y debes adaptar tu tono según el medio: tu blog, las redes sociales o tus reuniones con clientes exigen tonos comunicativos diferentes.

Es posible que ya lo estés haciendo. En caso contrario... !adelante! Es más fácil de lo que parece.

10 claves para mejorar nuestra marca personal a través de las palabras

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Hace tiempo que nos apetecía dedicar una entrada al poder de la palabra (escrita y hablada) a la hora de mejorar nuestra marca personal. Porque sí, porque tú también la tienes, aunque no fueras consciente hasta que algún gurú, coach, trainer, v/blogger o flogger (vaaaale, esta última no viene a cuento, pero rima ;)) te iluminó y añadió otro aspecto más a pulir en tu vida laboral.

Podríamos definir, a grandes rasgos,  la idea de marca personal como  “el conjunto de atributos fundamentales de una persona; todo aquello por lo que se le reconoce y diferencia del resto de individuos y que se representa por su nombre, su aspecto y sus características asociadas: personalidad, intereses, capacidades, educación... (y debilidades, añadiría yo). Cada uno de nosotros, seamos conscientes o no,  somos una marca desde que nacemos. Unos pocos afortunados desarrollarán una marca personal clara y definida desde la más tierna infancia. Al resto (la mayoría), nos tocará trabajar para irla mejorando y adaptando a lo que necesitamos con el paso de los años.

El Dr. Lair Ribeiro, en su ensayo "La comunicación eficaz" (Edit. Urano, Barcelona, 1999. Hay también un estupendo resumen de esta obra a cargo de Nery Parada Bonilla disponible gratuitamente en la red) distingue en forma de porcentajes nuestra capacidad de influencia en los demás: 

  • 7% Comunicación verbal (lo que digo)
  • 38% Tono de voz (cómo lo digo: entonación, tono de voz, silencios...)
  • 55% Lenguaje corporal e indumentaria (es la famosa imagen visual: nuestra morfología, gestos, forma de caminar, relación espacial, posturas, expresión del rostro, vestimenta...)

Cuando hablamos de que la primera impresión es la que cuenta, no vamos del todo desencaminados: según diversos estudios, como el de la Universidad de York (2014), tardamos apenas un segundo en forjarnos una impresión sobre una persona. Lo más curioso es que a veces ni siquiera necesitamos verla: un simple "hola" a través del teléfono es más que suficiente para que nos caiga bien o directamente sintamos antipatía.

Así pues, y sin desmerecer ese 93% que abarcan el tono de voz, lenguaje corporal y aspecto físico, hoy vamos a centrarnos en ese 7% que depende de la comunicación verbal. ¿Por qué? Pues porque su control nos otorga coherencia. La coherencia se transforma en credibilidad. Y ya sabemos que la credibilidad es fundamental para avanzar en cualquier proyecto personal o profesional que empecemos. Actualmente, y debido a la proliferación (y casi) obligación que tenemos de aparecer en las redes sociales, el valor de la palabra  se ha amplificado y forma un tandem indisoluble a la hora de hablar de marca personal.  Aquí van 10 pequeños tips, sencillos pero efectivos para fortalecer tu marca personal sin dejar de ser tú:

  1.  Separa tus cuentas profesionales de las personales en las redes sociales. Puede parecer obvio, pero estamos hartos de ver cuentas que unen amiguetes de toda la vida con compañeros de trabajo e incluso peor... jefes y clientes. No, no y no. Los temas de conversación y el tipo de lenguaje que utilizamos varía enormemente en un caso y otro, así que no los mezclemos y controlemos siempre la privacidad: qué quieres que se vea de ti y qué no.

  2. Cuida tu lenguaje. Ya no podemos decir aquello de "las palabras se las lleva el viento". En internet, incluso cuando borres un texto o un comentario, no puedes controlar que alguien la haya reproducido o citado en otro sitio web. Eso, en cierta medida, nos hace esclavos de nuestras palabras. No insultes. Si tienes que hacer de forma pública una crítica negativa de una institución o empresa, hazlo de forma coherente, exponiendo razones y pruebas. ¡Imagínate que un día tengas que volver a tratar con ellos! 

  3. Adapta tus mensajes a la audiencia. A veces lo olvidamos, pero la responsabilidad de que el receptor entienda el mensaje que deseas transmitir no es suya, sino tuya. El público es el que marcará el tono de tu mensaje (tanto escrito como hablado, incluyendo, por supuesto, redes sociales). A más de uno se nos viene a la mente aquel profesor que sabía todo-y-más pero cuyas clases eran soporíferas porque era incapaz de adaptar su discurso al nivel del conocimiento de los alumnos. No caigamos en eso. 

  4. Cuida la ortografía y redacción de tus escritos.  Hasta la información más relevante pierde fuerza y credibilidad si está “adornada” con erratas o faltas de ortografía. ¿Qué pensarías acerca de la competencia profesional de su autor? 

  5. Huye de las muletillas cuando estés exponiendo un tema. Hará que el interlocutor se despiste y automáticamente solo piense en cuántas veces repites "vale" en tu discurso. 

  6. Evita los temas innecesariamente polémicos cuando no tienes confianza con el lector/interlocutor, sobre todo si no están relacionados con tu faceta profesional. Las tres marías (religión, fútbol y política), mejor en un ámbito que no sea el  profesional. Resultarás cansino, cuando no irritante y es muy posible que te ignoren o incluso peor, perderás toda capacidad de influencia.

  7. Céntrate en transmitir lo positivo.  Debes intentar adoptar siempre la perspectiva más positiva al expresarte. Fíjate en el cambio que supone hablar de "Seguro de enfermedad" y "Seguro de Salud". Ambos servicios se refieren a lo mismo, pero... ¿a que te sientes más atraído por el segundo? Es el "efecto Pigmalión".

  8. Si te parece interesante mencionar ideas de otros autores, no olvides citarlos adecuadamente. Resta credibilidad al conjunto de tus mensajes que pretendas hacer pasar por propias las aportaciones de otras personas. Eso no te quita valor, todo lo contrario, te otorga valores muy positivos como honestidad y humildad, que al venderse caros, son un valor en alza hoy en día.

  9. Sé tu mismo. Aprovecha tus debilidades. Si eres tímido y tienes que dar una charla, por ejemplo, puedes empezar gastando una pequeña broma sobre este tema. Habrás cortado el hielo: la audiencia ya no se sorprenderá de que te sonrojes de vez en cuando, estará más atenta a tus palabras y tú te sentirás más relajado.

  10. Practica. Practica. Practica. Las debilidades se superan trabajándolas. Es entonces cuando dejan de ser un freno y se convierten en una característica positiva de tu marca personal. Esa que te hace único e inigualable ;)

¿Por qué es importante corregir y actualizar un CV?

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando buscamos trabajo es presentar un currículo actualizado. Sin embargo, es sorprendentemente habitual encontrarse con currículos de personas que aspiran a puestos de "alto standing" llenos de faltas de ortografía o escritos con un estilo anticuado o, por el contrario, demasiado coloquial. A la vista del panorama actual del mercado laboral, es pues, imprescindible actualizar nuestro CV y hacerlo de un modo coherente. 

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Habitualmente, hay tres puntos importantes relacionados con el curriculum vitae que pueden abrirnos una puerta (normalmente a una entrevista) o acabar directamente en la papelera (error, fail, erreur, seguir mandando e-mails a las empresas de nuestros sueños y vuelta a empezar):

  • El CV tiene faltas de ortografía.

No pienses que no. Esto pasa. Y mucho. Ya puedes tener el mejor expediente académico del mundo y aparecer hecho un pincel, que un CV con  faltas de ortografía va de cabeza a la papelera o se descarta en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué? Porque demuestra dejadez y también, porque una persona con una mala ortografía no es válida para muchos puestos de trabajo. Cada vez más, se tiende a la idea de que un empleado, no importa su rango, representa la imagen de toda la empresa. Por tanto, si presentas un CV con mala sintaxis o con faltas de ortografía, el reclutador se imaginará que cada vez que envíes un e-mail lo aderezarás con alguna falta, así que, definitivamente, no se arriesgará.

Sí, ya sé que estarás pensando que alguien que tiene un buen expediente académico no comete faltas de ortografía. La realidad es otra, solo tienes que ver las redes sociales de muchos políticos, empresarios... ningún estamento se libra: 

http://www.abc.es/local-comunidad-valenciana/20150415/abci-redes-sociales-politicos-201504151235.html

Ellos ya están ahí arriba, pero tú no. Así que demuéstrales que la buena ortografía puede ser patrimonio de todos, no importa tu procedencia.

Corregir tu CV es tan sencillo como dedicarle un ratito de tu tiempo a un documento realmente importante. ¿No tienes ese tiempo?, ¿no quieres hacerlo?, ¿deseas una segunda opinión? Busca a algún experto que te lo corrija (¡hola, estamos aquí!).

  • El CV tiene incoherencias sintácticas o problemas de estilo.

Vale, ya lo tienes. Es decir, no tienes faltas de ortografía. Lo has pasado por el corrector de Word y te lo ha revisado tu amigo Sapientín. Sabes que tu perfil encaja, pero no te llaman. Puede ser que ya tengan otro candidato (pasa mucho, no te fustigues), pero también puede ser que la sintaxis de tu CV sea rara, que el tono escogido sea muy informal para un puesto en esa multinacional, o todo lo contrario: la empresa es "moderna" y no soporta ese lenguaje tan formal que consideran anticuado.

¿Qué hacer? Lo primero, personaliza el CV dependiendo de a dónde lo vayas a enviar. Investiga en la red cómo es esa empresa; si es muy formal o más casual; quién la dirige; qué tipo de producto venden y sobre todo, a quién se lo venden. Algunas redes sociales, como LinkedIn, pueden ser un buen referente para visitar perfiles de trabajadores de esa empresa y ver qué requisitos resaltan en sus presentaciones.

  • Carta de presentación y CV demasiado largos.

Hoy en día, con tantísima gente buscando un puesto de trabajo, hay más oferta que nunca para cubrir poca demanda. Si a eso le sumamos que el reclutador (tras una ardua tarea de investigación se ha llegado a la conclusión de que también es una persona) suele estar a menudo bajo presión o desbordado para encontrar al candidato perfecto, tienes que saber diferenciarte del resto a la vez que mantienes un estilo propio, que te sientas cómodo defendiendo y a la vez, plantear, de un modo indirecto, todo lo bueno que puedes aportar a esa empresa. Todo esto puedes conseguirlo con una carta de presentación y un currículo actualizado que no deben ser, en ningún caso, demasiado extensos. Es, por eso, fundamental saber escoger las palabras y el tono que vas a utilizar.

 

Consejos básicos para corregir tu CV

  • Ortografía, gramática y estilo. Insistimos. El CV se corrige varias veces. Exige tiempo. Cuando lo enviemos, debemos estar seguros de que es perfecto para el puesto de trabajo al que aspiramos.
  • Imprímelo. No es ninguna tontería. Léelo de arriba a abajo, de abajo a arriba y por secciFotolia 96235001 XSones. Nunca sabes lo que van a leer primero, así que asegúrate de que todo es coherente. Después de enviarlo, quédate con una copia para saber exactamente qué has contado a esa empresa y qué no y archívala.
  •  La fuente que escojas, el estilo, el tamaño de los títulos y del cuerpo del texto, los colores que vamos a utilizar... tienen que mantener una coherencia. La fotografía también es importante, acorde con el puesto al que aspiramos y la estética general de la empresa. Otro punto importante son los idiomas. Nunca exageres tu nivel de otro idioma. ¡Imagínte que luego la entrevista es directamente en inglés o chino mandarín! Al corregir tu CV asegúrate de que todo esté en español o en el idioma que necesites para ese puesto, pero no mezcles. Si metes anglicismos o palabras en otro idioma, escríbelas correctamente y en cursiva.
  • Deja fuera todo lo que no sea relevante para ese puesto. ¿Cómo podemos ahorrar líneas que distraigan al reclutador pero no nos resten valor? Por ejemplo, si tenemos un título universitario, queda claro que hemos pasado la educación primaria y la secundaria, por lo tanto estos dos últimos sobran. Lo mismo para voluntariados, colaboraciones o premios que no tengan que ver con el puesto al que aspiramos.

  • Pídele a un experto que lo lea, relea y te sugiera posibles mejoras. Cuatro ojos ven más que dos.          

 Y si no tienes a nadie a mano o simplemente deseas que lo analize un profesional, ponte en contacto con Eword Comunicación. No hay nada que nos guste más que corregir, traducir y trabajar contenidos :).

Por cierto:

"Currículo currículum se escriben con tilde y en redonda, mientras que la locución curriculum vitae no se acentúa gráficamente, de acuerdo con la nueva Ortografía de la lengua española."

Palabrita de Fundéu.

¿Te ha resultado útil este post?, ¿sobre qué temas te gustaría que escribiéramos? Háznoslo saber. Eres libre de comentar.

Muchas gracias por seguirnos y hasta la próxima entrada.

 

 

¿Procrastinamos juntos? No. Mejor... buscamos una solución

 

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Antes que nada, la RAE no admite “procastinar”, sino “procrastinar”, aunque nos cueste más pronunciarlo. 

Es una palabra de moda: en prensa, televisión, en manuales de autoayuda, los gurús (o gurúes, en este caso la RAE acepta los dos términos) de no importa qué disciplina nos dan charlas sobre cómo vencerla. ¿Es un lastre para ti la PROCRASTINACIÓN

Procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición. Sin embargo, a los hispanohablantes, nos ha llegado, como muchos otros términos, a través de su uso y abuso en inglés. Es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Este puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual, que es el que trataremos en esta entrada.

Cuando procrastinamos, solemos entrar en un estado de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. ¿Por qué? Pues porque lo que tenemos pendiente puede ser percibido como algo abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se nos autojustificamos para posponerlo a un futuro sine die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente.

También puede ser un síntoma de algún trastorno psicológico, como depresión o TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad). Peeero…. ese no es nuestro terreno, así que centrémonos en cómo podemos vencer la procrastinación y librarnos de ese lastre que nos agobia (y mucho).

 

  • NO LE DES MÁS VUELTAS: ACTÚA

Las listas escritas y los plazos autoimpuestos suelen funcionar. En cuanto notes que una de tus obligaciones te incomoda y pasa a tarea pendiente, fija día y hora para acabarla. Eso si, sé realista. Como dice la escritora y filósofa Elsa Punset en su libro “El mundo en tus manos”, el truco está en engañar al cerebro para que empiece a realizar la tarea, pues una vez lleve 5 minutos con ella, como no le gusta dejar cosas a medias, estará deseando acabar lo que ha empezado.

 

  • FUERA DISTRACCIONES

En el mundo hiperconectado en el que vivimos, las distracciones ya no están a la vuelta de la esquina: vienen a buscarte ellas solitas y además son perversas, porque durante unos instantes te hacen feliz. Por ello, es importante que una vez empieces con una tarea no dejes que te detengan y te desvíen de tu compromiso. Desconecta o silencia  Facebook, Whatsapp, Instagram... Tinder también ;). Cierra tu bandeja de entrada. Deja, si acaso, un número para ser localizado solo en casos urgentes (haz hincapié en esto). Puede parecer egoísta (de hecho, lo es), pero muy pocas cosas de las que sucedan en el mundo mientras estás trabajando merecen que salgas de tu burbuja. 

 

  • ORGANÍZATE EL TIEMPO: TÉCNICA POMODORO

Hay varias técnicas muy útiles para vencer la procrastinación y una de ellas es la conocida como “técnica pomodoro“: simple, útil y eficaz. Se trata de trabajar centrado y enfocado en una única tarea por bloques cortos de tiempo, que se alternan con minutos de descanso. Un reloj digital marca los tramos temporales en diferentes colores y te va notificando cuando se inicia el tiempo de trabajo y cuando el de descanso. Al ser plazos de 20 minutos, resulta fácil comprometerse y no distraerse. Si te apetece probarla, puedes bajarte la app aquí:

http://www.softonic.com/s/tecnica-pomodoro

 

  • EMPIEZA POR LA TAREA MÁS IMPORTANTE

Reserva las primeras horas del día para esas tareas que te cuestan más. Está comprobado que las primeras horas después de despertarnos son las más productivas. Estamos frescos y rebosantes energía: ¡aprovéchalas! El resto del día, una vez que hayas empezado eso que tanta pereza te daba será mucho más positivo y te sentirás bien contigo mismo. 

 

  •  CUANDO ACABES, SÉ INDULGENTE CONTIGO MISMO: PRÉMIATE

Conseguir metas es genial, pero regocijarte en ello es todavía mejor. Si además de conseguir hacer algo que te cuesta, te premias, las ganas de ir a por el siguiente desafío serán aún mayores. No son necesarios grandes premios, bastan pequeñas recompensas. Seguro que no hace falta que te de pistas, ¿verdad? 

 

Para cualquiera que trabaje frente a una pantalla de ordenador, especialmente autónomos, es importante gestionar bien nuestro tiempo. Ser altamente productivos unas horas y disfrutar de resto del día sin remordimientos es posible.

Siendo constantes, estos trucos funcionan. Sin embargo, todos somos diferentes. Busca lo que mejor te funcione a ti y aplícalo. 

 

Y tú, ¿tienes alguna otra técnica para ganarle la partida a la procrastinación que quieras compartir?

 

Netiqueta: la buena educación en redes sociales

 

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¿Cómo es posible que la palabra "netiqueta" no aparezca en el DRAE?

Esto es lo que dice #Fundeu sobre este término respondiendo a la pregunta de un internauta:

"Netiquette es una voz no española, por lo que, en caso de emplearla, debe escribirse en cursiva (o entre comillas, si no puede emplearse la cursiva). La forma españolizada netiqueta no está recogida en los diccionarios, pero se usa con cierta frecuencia y se emplea incluso en la Ortografía académica. Etiqueta en la red y otras expresiones descriptivas similares son de fácil comprensión y también muy empleadas."

Si nos vamos al origen de la palabra, vemos que proviene del vocablo francés "etiquette" (etiqueta, buenas maneras) y de la inglesa "net" (red). Es, por lo tanto, un conjunto de normas de (buen) comportamiento que deberían guiar nuestra actividad en las redes sociales en cualquier parte del mundo.

Son reglas, básicamente, de sentido común, pero nunca está de más hacer un pequeño repaso:

Respeto por el prójimo. Nunca olvidemos que estamos tratando con otras personas. Es decir, tienen sentimientos, como nosotros (salvo algunos. De este tema hablaremos en el último apartado). Así que, antes de publicar algo, ponte en su lugar y piensa cómo reaccionará esa persona. No sirve ampararse en el supuesto anonimato que nos da Internet para criticar, y más aún cuando no es de forma constructiva.  A veces, ni siquiera esta última, a no ser que nos lo pida el autor. 

Respeto a la ortografía.Todos cometemos faltas, por supuesto. Sin embargo, eso no quiere decir que en las Redes Sociales se pueda escribir como nos apetezca: palabras abreviadas, faltas de ortografía, mayúsculas a tutiplén, ausencia de signos de puntuación... Recuerda que la mayoría quedarán publicadas por tiempo indefinido, así que mejor, cuidemos un poquito la ortografía. Aunque parezca pedante, dice mucho de nosotros y es algo que, de verdad, nos pone a todos en nuestro lugar. http://la.eonline.com/andes/2015/paulina-rubio-mete-la-pata-en-twitter-de-la-manera-mas-epica/

Cumplir las reglas de cada sitio. Cada foro o aplicación tiene una serie de normas y un tono particular. No está de más echarles un vistazo a las normas y últimos mensajes antes de escribir nada.

Claridad. Al escribir en la red se pierde todo lo que aporta el lenguaje no verbal a la comprensión del lenguaje. Y eso es mucho. Deberemos intentar, por tanto, evitar mensajes ambiguos que puedan crear malentendidos que no buscamos. Hasta hace tiempo denostados por los más puristas, los emoticonos han logrado hacerse con un papel importante a la hora de expresar estados de ánimo e información no verbal al mensaje. Así pues, podemos usarlos, aunque sin pasarnos. http://iphoneros.com/49712/la-historia-del-emoji-de-la-caca-sonriente-y-por-que-sonrie

Citar las fuentes. Cuando usamos fotos o textos de otras personas, deberíamos citar su autoría.  Aparte de quedar bien estás indicando implícitamente que hagan lo mismo contigo. En cuanto a fotos y textos profesionales, no citar, te llevaría incluso a ser acusado del delito de plagio. Vamos, que no merece la pena...

No etiquetar a otras personas a nos ser que nos hayan dado permiso previamente. A todos nos ha pasado y no siempre nos gusta que personas que no tienen nada que ver con nosotros vean nuestras fotos  o lean nuestros comentarios. Ajustar la privacidad de tu cuenta Facebook a tus deseos es importante. Que los demás la respeten, también. Ojo, siempre hay quien se convierte en viral tras un etiquetado y le da la vuelta a la tortilla:

nettiquette.ewordcomunicacion.com

 

Seguridad. Asegúrate antes de publicar nada o de compartir algo, que se trata de una noticia veraz. Si no es así, estarás ayudando a generar miedos infundados. Se me viene a la cabeza la furgoneta blanca conducida por extranjeros que secuestra niños en los parques. Cada cierto tiempo se difunde esta "noticia" en las redes, a veces incluso con fotografías de los supuestos delincuentes. Curiosamente, la misma furgoneta actúa simultáneamente en diferentes zonas del país. ¿Se teletransporta? Ojo, con esto no quiero decir que no vigilemos a los peques en el parque... O el ama de casa que ha encontrado el remedio contra el cáncer usando la rayadura de un limón congelado... Ya tenemos bastantes sucesos desgraciados en la vida para añadir más miedo o crear falsas expectativas. 

No utilizar hashtags en cada palabra. Los hashtags son las palabras que van precedidas de un signo # y que sirven para agrupar tweets sobre temas en común de modo que las personas puedan buscar por áreas y encontrar información que otros han publicado sobre estos. Se recomienda no excederse en el uso de esta herramienta pensando que a través de ella los tweets serán leídos por más gente. Lo que se consigue es el efecto contrario: dificultar la lectura de los mensajes. Etiquetas como #tagsforlike #follow4unfollow #picoftheday... son tan generales que no añaden ninguna información, ocupan espacio y pueden hacer pasar despapercibida información más importante. (En breve dedicaremos una entrada este recurso de comunicación).

No enviar correos basura. Obvio. Lo mismpo para Twitter y Facebook.  "Dale like si quieres a tu mamá" o "Comparte si tienes a alguien a quien quieres en el cielo"  pueden ser muy enternecedores, pero no aportan nada y hacen perder tiempo a los demás.

No spammear continuamente a tus contactos con publicidad sobre tu empresa, tus servicios o cualquier cosa que les quieras vender. Ejem... Aquí no soy la más adecuada para indicar qué cantidad de mensajes se considera ideal. Trato de no ser demasiado insistente pero a la vez mostrar que estoy "ahí". Si te parezco pesada, ya sabes, ahora el botón del "No me gusta" en Facebook te lo pone fácil.

Interactúa. No te dediques solo a publicar. Concede unos minutos también a leer publicaciones de tus seguidores; contesta comentarios que recibas y comenta también de forma positiva alguna de sus publicaciones. No se trata de pasarse el día conectado, sino de mostrar la parcela que has elegido y también aprender de los demás. Al principio un buen sistema puede ser controlar los tiempos: una parte para leer y seleccionar lo que vas a publicar, otra para ojear clientes y competencia, y otra para contestar los comentarios que hayan llegado a tus redes. Hazlo por sistema a la misma hora. En mi caso, primera hora de la mañana.

No alimentes a los trolls. Llamamos trolls a aquellos individuos que se introducen en foros y redes sociales para hacer comentarios ofensivos o polémicos con el simple objetivo de caldear los ánimos y enfrentar a los miembros de un foro o comunidad. Suena infantil ¿verdad? Pues abunda. Lo mejor en estos casos es ignorar al "infiltrado" y reportar al administrador. En poco tiempo será bloqueado y se irá a molestar a otra parte. O puede que vuelva... Los hay tenaces.

Denunciar o reportar cuando sea necesario. Todos nos hemos encontrado alguna vez con imágenes que incitan a la violencia, comentarios aprovechados para el insulto o incluso el acoso reiterado. Algunos de estos ejemplos ya son considerados delitos. En estos casos no nos convirtamos en cómplices. No compartamos y denunciemos. Que la Red sea un entorno seguro depende de todos. De ti también.

Agosto: vacaciones productivas, ¿será posible?

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Desde hace años llevo esperando esta fecha para centrarme exclusivamente en "desconectar". Da igual si viajo o me quedo en casa. El propósito siempre había sido el mismo: hacer lo menos posible.

Sin embargo, este año, después de leer varias publicaciones, he decido intentar eso que llaman "vacaciones productivas". El objetivo: recargar las pilas al máximo para volver al trabajo con más ganas y energía que nunca.

Estos son algunos de los consejos que espero poner en práctica. Ya sabemos que si queda escrito va a misa, así que... ahí van:

  • Limpieza. Reserva los primeros días de vacaciones para hacer una limpieza profunda. Dejar tu lista de tareas pendientes a cero te dará tranquilidad, mientras que si empiezas tus vacaciones recordando continuamente lo que tenías que haber acabado y no lo hiciste, será imposible que llegues a relajarte. Actualiza las fechas de tu agenda para cuando vuelvas de vacaciones, y no cometas el error de darle a todas la fecha del primer día de vuelta . ¿Tienes la mesa donde trabajas llena de documentación reciente mezclada con tus notas de la EGB (modo exagerado on)? Aprovecha para hacer orden. Plantéate si realmente es necesaria toda esa información o si puede ir directamente a la basura. En caso contrario, archívala.
  • Elimina sonidos innecesarios asociados al día a día y al estrés. Desactiva el sonido de todas las notificaciones de redes sociales, Facebook, Linkedin, Twitter… Fuera sonido de las cuentas de correo tanto de tu móvil como de la tablet… ¡Date un respiro! Eres importante, pero el mundo sigue girando. Deja claro a tus seres más queridos que, para temas urgentes, estarás localizable vía telefónica o la que prefieras. El resto, puede esperar a tu vuelta. En mi caso, he dejado el portátil en la oficina. Me llevo el móvil para temas no profesionales. Eso sí, una libreta y mi aplicación de notas no puede quedar en casa. Siempre suele aparecer alguna idea que dejar anotada.
  • Rodéate de gente con la que te apetezca estar. Pasar tu tiempo libre con gente con quien no te apetece es agotador y al final pasa factura en nuestro humor. Fuera compromisos y protocolos.  No hay nada más motivador. Y si puedes, dedica un tiempo diario a tí mismo. El egoismo bien entendido es una virtud, no lo olvides.
  • Disfruta de la naturaleza. La arena, la hierba, el agua, árboles, animales, el viento, el paisaje… Seguro que ni has pensado en ello el resto del año. Siente cada elemento que te rodea y aprende a recordar cómo disfrutar de las cosas más sencillas. Intenta volver a esas sensaciones que tenías cuando sólo eras un niño. Disfruta de los momentos en los que no estás haciendo absolutamente nada.
  • Fuera contar calorías. Tienes todo el año para perderlas. Disfruta de cada bocado que te lleves a la boca. Seguramente en estos días te muevas mucho más de lo que lo haces en un trabajo frente al ordenador y compenses esas calorías de más.
  • Haz (algo de) deporte. No hace falta que te conviertas en Josef Ajram o Sascha Barboza. Si no estás en forma es suficiente con que nades suave o camines una hora al día. Deja que el deporte libere las endorfinas que nos hacen encontrarnos mejor con nosotros mismos y disfrutar más de cada segundo. 
  • Viste como quieras. Atrévete a ser todo lo cool-fashion-trendy que te apetezca. Esto va dedicado sobre todo a los que tenéis que llevar traje o ropa corporativa durante la jornada laboral. "El hábito no hace al monje" y blablabla... pero los que lo sufrís en carne propia, sabéis de qué hablo.
  • Prueba algo nuevo. Atrévete con algún deporte  o actividad que siempre hayas deseado hacer, pero nunca te hayas atrevido. Prueba a cocinar, a viajar sólo, un nuevo idioma, escribir... Hazlo sólo para disfrutar de la experiencia, sin objetivos, sin presión. No tienes que ser el mejor, solo tú mismo.
  • Lee. Ese libro para el que nunca tienes tiempo. Ahora es el momento.
  • Medita. Muchos pensaréis que se trata de una tontería. Pero la mente es como un ordenador al que de vez en cuando hay que formater. Es el merecido descanso que tu mente necesita. ¿Has oído hablar del mindfulness?
Las vacaciones es un tiempo que estás obligado a aprovechar. Porque si las dejas pasar sin llenarte de energía no solo volverás cansado y de mal humor a tu puesto de trabajo, sino que además te pasará factura el resto del año en forma de hastío, desmotivación, cansancio... Y no queremos eso. No. Nunca. Never. 

¿Te das cuenta de que ya no importa tanto si viajas a la otra punta del mundo, al pueblo de la lado o si te quedas en casa? Podemos recargar pilas al máximo estemos donde estemos. Yes, we can ;)

Y tú. ¿Cómo desconectas en vacaciones?

 

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